Skip to content

De segunda mano

2017/12/07
???


Fuimos con mi papá a buscar una computadora a un barrio en el que los negocios de segunda mano proliferan. Tenían realmente todos los modelos. A mí me resultaba evidente que no eran nuevas. Mi papá igual insistía cada vez en verificarlo. El barrio era enorme. Había desde ferretería hasta ropa. Radios, grabadoras, reproductores de MP4 mostrando videos musicales de Girls Generation.

La verdad que solo compramos regalitos pedorros y té. Yo conseguí la pulsera de madera que quería por 10 yuanes.

Comimos en un restorán mi papá y yo. Hablamos del pasado y de la memoria también.

Si me pongo a pensar, ese día entendí que no tenía ni idea de qué se necesitaba para armar la computadora que quería armar. Aunque fuera a Japón no sabría qué pedir. Mi papá, en cambio, se conformó con medio Kg de té a 45 yuanes.

Conseguimos comprar un celular para mi tío. Para mi papá era dorado y para mí rosa. Nos propusimos conseguir también una computadora para otro de mis tíos. Fuimos primero a GOME. Estábamos entre una HP y una Aser. Nos inclínabamos por la HP. Al vendedor le daba igual. La de vendedora de Lenovo | Aser (ya ni sé qué marca era) se desvivió y prácticamente lo acosó a mi papá para que le compremos a ella. Me quedó muy en claro una de dos cosas, pero una seguro:

  • la tenacidad de los vendedores chinos

  • la desesperación que trajo el cambio de paradigma con el Alibaba de Mă Yún

Al final cruzamos y fuimos a Sunning. Ahí quisimos comprar una Samsung casi desde el principio. El vendedor nos quería convencer de que compremos la otra opción de Samsung. Me cayó mal. Pero no entendía si era porque mi papá no sabía transmitirme las justificaciones que le daba el vendedor de por qué una era mejor que la otra. Al final nos la vendió regalando una mochila (era horrible) y un mouse (era horrible) y nos dejó con el chabón que revisaba las compus.

Era un chino albino. Un chabón muy bizarro. Ojalá algún día se me borre su cara.

Empezó a instalar un montón de cosas sin preguntar y le dijo a mi papá que tenia que comprar algo por 400 yuanes (元). Le hizo entender que era un windows y que venía con la computadora (mentira). Yo, que no le entendía lo que decía y que no entendía tampoco el control informático de china, no supe qué contestarle. Admito que opté por el silencio y el lavarme los manos de la decisión. Al final instalar los programitas de mierda tomó más de una hora y 400 yuanes (元). Le había vendido a mi papá una suscripción de antivirus.

Mi papá se sintió culpable y estafado. Además, había cargado con mi cara de desaprobación.

En la vuelta igual se preocupó porque comiéramos algo y dio vuelta sobre si ir o no al baño. Yo instantáneamente, al salir de Sunning, me puse de su lado porque lo quiero mucho.

Por eso controlé mi ansiedad sobre el horario de llegada y acepté su manera de ser.

Llegamos tardísimo. Mis tíos igual nos esperaban con la comida. Me dio vergüenza pedir el WiFi.


2017/12/06 | 2017/12/07 | 2017/12/08